Tomás era uno de los doce discípulos del Jesús que mostraba valentía, devoción y un genuino amor por su Señor. Sin embargo, por un momento dudó de la resurrección de Cristo. Incluso es posible que haya dudado de la resurrección de los muertos en general y del cristianismo. Esto nos muestra que un hijo de Dios puede llegar a tener dudas. Pero Cristo está dispuesto a sanar esas dudas. Y ¿cómo restauró a Tomás? Primero, mediante la comunidad de los santos que es la iglesia. Segundo, mediante el Día del Señor. Y tercero, por la clara exposición de sus heridas ante sus ojos. De la misma manera Cristo sigue consolando y alentando a los cristianos que dudan hoy en día. La incredulidad de Tomás fue dejada en las Escrituras para la consolación y ánimo de los creyentes.