Tengo sed (Juan 19:28-30)

Estando en la cruz, nuestro Señor Jesucristo dijo, «Tengo sed». Estas breves palabras revelan profundas verdades del sufrimiento de Cristo. Por un lado, nos muestran que Jesús sufrió severamente en su cuerpo como verdadero hombre. Por otro lado, las palabras «Tengo sed» nos muestran la angustia que Cristo sufría en su alma al experimentar el abandono de su Padre. Como seres humanos fuimos creados para beber del agua pura y estar satisfechos, es decir, estar cerca de Dios y tener comunión con él. Pero por el pecado nos alejamos de esa agua viva y buscamos en aguas sucias que no satisfacen el alma. Pero Cristo experimentó la sed espiritual para que su pueblo pudiese recibir agua abundante en la plenitud de la comunión con Dios.

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