El autor de Hebreos nos hace un llamado solemne diciendo: «Temamos». Este es un temor para vivir en reverencia y obediencia diligente al comprender quién es Dios y el evangelio que nos ha dado en Cristo. El incrédulo es llamado a temer a Dios, arrepentirse y creer en el Hijo. El falso creyente o hipócrita es llamado a temer a Dios, examinarse y volverse al Señor. Y el cristiano es llamado a temer a Dios reverentemente como su Padre, para que de esta manera pueda ocuparse diligentemente en su caminar cristiano.