La mujer describe su relación con Salomón en términos de amistad. El hombre más glorioso y poderoso de Jerusalén era su amigo, no porque ella nació en tal condición, sino porque él la eligió por gracia. Esto significaba que ella tenía acceso a su presencia, que era protegida por él y que tenía privilegios que otros no tenían. Todo este lenguaje de amistad y cercanía es usado por el Espíritu Santo para describir la relación de la iglesia con su Dios. Cristo es un amigo más unido que un hermano para su iglesia. Aunque todos los hombres nacemos enemistados con Dios, el Señor Jesús se encarnó para restaurar la comunión con Dios y para ser el amigo de pecadores. Su más grande muestra de amistad la podemos ver cuando Cristo dio su vida por los que eran sus enemigos y traidores para poder llamarlos amigos.