Sin santidad nadie verá al Señor (Salmo 15)

Este salmo comienza preguntando «Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?». A lo cual responde, «El que anda en integridad y hace justicia». Esto no quiere decir que ganamos la salvación y la comunión con Dios por medio de buenas obras. Más bien, aquel que por gracia ha sido salvo deberá andar en santidad si quiere cultivar una íntima comunión con Dios. Además, si una iglesia desea seguir glorificando a Dios deberá buscar continuamente la santidad. Y aquel que desea morar eternamente con Dios es necesario que viva en santidad y no en hipocresía. Este salmo, en última instancia, describe la vida perfecta, integra y justa de Jesús, el único mediador por el cual podemos ser limpiados de nuestra maldad para entrar en la presencia del Santo Dios.

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