«Santifícalos»: El llamado de Jesús a una vida santa (Juan 17:17-19)

Jesús ora al padre para que sus discípulos sean santificados progresiva y continuamente. Aunque como cristianos solemos enfatizar la mortificación del pecado en la santificación, no debemos olvidar que la santificación consiste en la transformación de nuestro ser a la imagen de Dios en Cristo Jesús. La santificación no es algo que se recibimos de forma pasiva, sino que debemos esforzarnos por buscarla con dedicación. Debemos buscar una santidad intensiva, crecer en las gracias que no son naturales en nosotros, arraigarnos en la fe, buscar una santificación de nuestro ser completo, y crecer en buenas obras. Sin embargo, aunque debemos esforzarnos en la santificación, no somos llamados a confiar en nuestras propias fuerzas sino a depender de la gracia continua de Dios, recordando que por más débiles y torpes que seamos el Padre hará su obra en nosotros por la intercesión de Cristo.

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