Que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti (Juan 17:20-23)

La unidad de la iglesia no es cualquier unidad. Debe conformarse al patrón de la unidad que existe entre Cristo y el Padre. Además de ser uno con el Padre en esencia, Jesucristo es uno con el Padre como Mediador y Mesías. Esta segunda unidad es la que debemos imitar (no la unidad en esencia, pues eso es imposible). Esta es una unidad en el Espíritu, una unidad santa, una unidad de amor, una unidad en humildad y orden. Y sobre todo, la unidad que el Señor Jesucristo nos manda imitar es la unidad en misión y propósito. ¿Eres uno con tu iglesia? ¿Vives en armonía y paz con tus hermanos en un vínculo espiritual?

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