¿Por qué soy salvo? (Juan 6:26-47)

Una de las realidades más hermosas para el verdadero cristiano es que la salvación es del Señor. Después de que Cristo hizo el milagro de la alimentación de la multitud, muchos los abandonaron rechazándolo. Pero Cristo les dice a sus discípulos que aunque los hombres lo rechacen, él no ha fracasado en su misión, sino que su obra de salvación es segura. Para ello da tres respuestas. En primer lugar, nuestra salvación es segura porque el Padre le dio un pueblo al Hijo en el Pacto de Redención. En segundo lugar, nuestra salvación es segura porque el Hijo cumplió la voluntad del Padre, al ser obediente y morir en la cruz por su pueblo. Y en tercer lugar, nuestra salvación es segura porque el Padre traerá a aquellos a quienes dio al Hijo.

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