¿Por qué me golpeas? (Juan 18:19-24)

Uno de los juicios que el Señor Jesús padeció fue el juicio de Anás, una autoridad judía. Este juicio estuvo lleno de injusticias y abusos que revelan que Anás no buscaba la verdad, sino condenar a Cristo. Al comprender este juicio malvado, la iglesia es instruida a estar preparada ante el maltrato, rechazo y juicio que recibirá del mundo. La persecución vendrá y el cristianismo será un crimen, así que la iglesia debe cultivar su amor y devoción por Dios desde ahora. Este juicio injusto del Señor Jesús también presenta la belleza del evangelio porque allí se cumplieron dos profecías que evidencian que Cristo es verdadero Dios y que vino a sufrir en humillación por amor a su pueblo.

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