El Señor Jesús quiere consolar a sus discípulos porque está a punto de irse y les ha encomendado una difícil tarea: proclamar el mensaje del evangelio hasta los confines de la tierra en medio de un mundo que los aborrece. Era conveniente que Cristo se fuera de esta tierra. ¿Por qué? Porque al ascender a los cielos y sentarse en su trono entonces daría al Espíritu sin medida a su amada iglesia. De esto modo les daría el poder para embarcarse en su nueva misión de salir con el evangelio a conquistar a las naciones. Hermano, ¿qué estás haciendo con esta provisión del Espíritu Santo que te ha sido dada para evangelizar?