No hay ni uno bueno (Salmo 14)

Este salmo nos da una descripción cruda, pero honesta, de la humanidad: No hay nadie bueno, todos hemos pecado y nos hemos rebelado en contra de Dios. Sin embargo, fue a estos miserables pecadores sin esperanza que el Señor Jesucristo vino a salvar. Esta es una verdad que nunca debemos olvidar para vivir agradecidos delante de Dios y con humildad todos los días de nuestra vida. Por otro lado, saber que este mundo odia a Dios y a su pueblo nos debe llevar a poner nuestra esperanza en que Cristo vendrá por su iglesia para llevarla a las moradas eternas para siempre.

Compartir: