No endurezcáis vuestros corazones (Hebreos 3:7-11)

En el Antiguo Testamento, Dios habló a Israel de muchas y diversas maneras, sin embargo, los israelitas no quisieron escuchar la voz de Dios y obedecerla. El autor de Hebreos toma esto como un ejemplo de advertencia para la iglesia. Hoy Dios habla a su iglesia por medio de la Escritura, pero la iglesia debe escuchar y obedecer esa palabra. Lo contrario a escuchar y obedecer la palabra de Dios es endurecer el corazón, es decir rehusar a creer y seguir en los caminos del Señor. ¿Te estás apartando de la fe? ¿Estás permitiendo que pecado entre en tu vida y no te quieres arrepentir de él? ¡Escucha hoy la voz de Dios y vuélvete a él!

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