En este pasaje se nos describe un amor que nace en el esposo para con su esposa, y que luego es correspondido por ella, es decir, un amor mutuo. Además de enseñarnos que todo matrimonio debe caracterizarse por una entrega y amor mutuo entre el esposo y la esposa, este pasaje nos habla del amor que comienza en Dios y que es correspondido por su iglesia. Cristo describe a su iglesia como hija de príncipes por ser la esposa del rey y como bella y perfecta porque ha sido justificada y santificada. Asimismo Cristo manifiesta su deseo de tener comunión con su pueblo. Cuando la esposa se siente amada por Cristo, obtiene seguridad, confianza, amor, y un deseo de mayor comunión con él. Nosotros lo amamos a él porque él nos amó primero.