Mefi-boset, «perro muerto» (2 Samuel 9)

En la historia de Mefi-boset encontramos una clara imagen del evangelio. Mefi-boset era un hijo lisiado de Jonathan y por tanto, un descendiente de Saul, el enemigo del rey David, por lo que merecía ser muerto. Sin embargo, por amor a Jonathan, David decide hacerle bien. Nosotros no somos mejores que Mefi-boset, somos peores. Porque nuestro problema no es ser descendientes de Saul, sino descendientes de Adán; nuestro problema no es haber pecado contra David, sino contra el único Dios verdadero; nuestro problema no es que estamos lisiados, sino que nuestro corazón solo sabe hacer lo malo. De manera que nuestra actitud debería ser igual a la de Mefi-boset, una de humillación.

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