El peligro de la incredulidad (Hebreos 3:12-19)

La solemne exhortación que encontramos en este pasaje es, cuídate de la incredulidad. Nuestro más grande enemigo en la vida cristiana es el remanente de incredulidad que permanece en nuestros corazones. La incredulidad es la determinación de no creer la palabra de Dios y, por tanto, es lo contrario a la fe. El autor de la carta a los Hebreos nos da 4 razones por las cuales debemos temer el pecado de la incredulidad: 1) Porque la incredulidad contamina el corazón; 2) porque nos aparta del Dios vivo; 3) porque nos hace dudar de la sabiduría y bondad de Dios en sus mandamientos; 4) porque puede llevar a algunos a no entrar en el reposo del Señor.

Compartir: