Una de las muchas imágenes que utiliza la Biblia para describir a la iglesia es la de un jardín. En la antigüedad, los jardines eran hermosos lugares privados donde el dueño podía entrar y deleitarse. Por ello Salomón asemeja a su esposa a un jardín, porque la considera hermosa y disfruta de su compañía. De la misma manera, Cristo considera a su iglesia lo más bello en la tierra y su deleite. Por medio de la imagen del jardín aprendemos que la iglesia ha sido separada y santificada por la gracia de Dios, que es protegida y guardada por Dios, y que el Espíritu Santo produce vida espiritual en ella y fruto que deleita a Cristo. Esto nos exhorta a mantenernos unidos a Cristo, usar los medios que él ha designado, y a ser fieles y entregados exclusivamente a él.