«Como me envió el Padre, así también yo os envío». En estas palabras encontramos la gran comisión del Señor Jesucristo a sus discípulos en el evangelio de Juan. Y en esta gran comisión se nos recuerda quiénes somos como iglesia, cuál es nuestro propósito, y la capacitación que recibimos para llevar a cabo nuestro llamado. En primer lugar, la iglesia es la comunidad del Dios Trino que ha sido salva solamente por gracia y por amor para la alabanza y adoración de Dios. En segundo lugar, la iglesia ha sido encomendada a proclamar las buenas nuevas de salvación a todos los hombres; la iglesia es la única institución en la tierra que tiene el mensaje del perdón de pecados y la vida eterna en este mundo. Por tanto, cada cristiano está llamado a cumplir esa gran comisión y predicar el evangelio. En tercer lugar, Cristo ha dado a su Espíritu Santo para cumplir tan difícil labor.