El evangelista Juan narra el arresto de Jesús de tal manera que sus lectores puedan ver la disposición voluntaria de Jesús para morir. Jesús no fue arrestado por accidente. Tampoco fue el comienzo de su derrota. Todo lo contrario. Su arresto sucedió conforme a su perfecta voluntad. Esto lo podemos ver por seis razones: 1) Jesús fue al huerto a orar para pedir al Padre que le diera fuerza para entregarse y vencer la prueba que vendría; 2) Jesús no se escondió sino que fue al lugar que Judas conocía de antemano; 3) Jesús demostró ser el «Yo Soy»; 4) Incluso en el tiempo de su humillación se entregó a sí mismo y protegió a sus ovejas; 5) No buscó ser defendido por las armas; 6) Jesús mismo dijo que tenía que beber la copa de la ira de Dios. Jesús se entregó voluntariamente para ser arrestado porque después de ello iría a la cruz, y solo por la cruz los pecadores podían ser perdonados.