El autor de Hebreos continua respondiendo a la pregunta, «¿Por qué Jesús tuvo que encarnarse y sufrir?». Lo que ahora responde es que era necesario que Jesús se encarnara y sufriera para que pudiera ser solidario con su pueblo al compartir la misma naturaleza humana. Es verdad, en cuanto a su divinidad, Cristo es absolutamente distinto a nosotros. Pero siendo Dios, Jesús tomó carne para ser igual a nosotros, excepto por el pecado, y así ser nuestro hermano, a fin de poder sufrir y morir para salvarnos. Adora a Cristo por esta muestra de gracia infinita y consuélate de que él es un hermano mayor que nunca te rechazará ni abandonará.