Jesús y el cielo (Juan 17:24)

La última petición que eleva nuestro Señor Jesucristo en su oración sumo sacerdotal es que sus amados discípulos puedan llegar al cielo. El cielo es un lugar donde ya no habrá más pecado, no entrará cosa inmunda, no habrá más enemigos, no habrá llanto ni dolor, no habrá temor, nuestros cuerpos serán glorificados, disfrutaremos de la comunión de los santos. Pero sobre todas las cosas, en el cielo está Cristo. Sin Cristo no hay cielo. Jesús no simplemente pide que su pueblo llegue a un lugar bonito y sin peligros. Él pide que «estén conmigo». Jesús procura el bien de su iglesia y su más grande deseo es que su iglesia esté reunida con él en el cielo. ¡Cuánta gratitud debe provocar esto y cuánto aliento en medio de la tribulación!

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