El autor de Hebreos exhorta a los cristianos a no permanecer en un estado de inmadurez espiritual. Los hebreos no podía madurar debido a que sus oídos y corazones espirituales se habían endurecido y no estaban obedeciendo la palabra del Señor que habían recibido. Y esto era evidente por cuanto no habían crecido como para guiar y ser ejemplo de otros, seguían teniendo necesidad de las verdades básicas del evangelio, no tenían experiencia en la vida cristiana, y no podían discernir entre el bien y el mal. ¿Eres un cristiano inmaduro? Si es así, busca a Cristo y atiende su voz, él es un fiel sumo sacerdote que está dispuesto ayudar, fortalecer y madurar a su pueblo por muy torpe que sea.