El Señor Jesucristo hace una invitación tierna a aquellos que reconocen que van por el camino espacioso. Sabiendo que en nuestra necedad nos aferramos a quedarnos en el camino que lleva a la perdición, el Señor pone la vida delante de nuestros ojos para que la anhelemos. Sin embargo, el hombre es experto para inventar excusas para rechazar la salvación y procurar su propia ruina. ¿Te quedarás fuera o atenderás a la amorosa invitación del Señor?