El discípulo a quien Jesús amaba (Lucas 6:12-16)

Antes de llegar a ser conocido como el apóstol del amor, Juan fue un hombre ambicioso, celoso e incluso explosivo, tan es así que el Señor Jesús lo llamó, junto con su hermano, «Boanerges» o «Hijo del trueno». Juan tuvo que aprender a tener un equilibrio entre el celo por la verdad y el amor. Juan fue uno que defendió y proclamó la verdad en contra del error, pero al mismo tiempo aprendió que esa verdad siempre debía ir acompañada de amor. Juan aprendió ese amor al experimentarlo de su maestro y por eso se describía a sí mismo como «el discípulo a quien Jesús amaba». De la misma manera, Jesús quiso amarnos a pesar de nuestro pecado, para que proclamemos y defendamos la verdad del evangelio y reflejemos el amor de Cristo.

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