Él convencerá de justicia (Juan 16:8-11)

Además de convencer al hombre de que es un pecador malvado y que ha quebrantado la santa ley de Dios, el Espíritu Santo lo convence de justicia. Justicia es la perfecta rectitud que nos permite habitar en la presencia de Dios. Cuando el Espíritu obra en un ser humano le hace ver que no tiene esta justicia. Pero no lo deja ahí, sino que también lo convence de las riquezas de justicia que hay en Jesucristo. Cristo fue vindicado como justo por medio de la resurrección, y todos los que creen en él no solo reciben el perdón de sus pecados sino que son vestidos gratuitamente con su obediencia perfecta. Recordar esto nos despoja de nuestro orgullo espiritual y nuestra autosuficiencia.

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