El afán: Ateísmo práctico

En esta sección del Sermón del Monte, nuestro Señor Jesucristo da instrucciones a sus discípulos sobre cómo deben de conducirse en este mundo. Por un lado, el amor a las riquezas tiene su raíz en una insatisfacción y desconfianza en Dios. Pero también, la preocupación por las necesidades básicas nacen de un corazón que desconfía de su Señor. Jesús nos prohíbe que nos afanemos porque constituye una afrenta al carácter amoroso y misericordioso del Padre que alimenta a las aves y viste a los lirios del campo. Cuando andamos en los caminos del Señor obedeciendo sus mandamientos, podemos estar seguros de que él tiene cuidado de nosotros.

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