Cristo, nuestro sacerdote (Juan 17:1)

En este pasaje tenemos la revelación de la oración que Cristo ofreció a su Padre antes de su muerte. No hay otro lugar en la Biblia donde nos sea revelado con tanta claridad y detalle la comunicación del Hijo al Padre. Esta oración nos revela uno de los oficios de Cristo, el oficio de sacerdote, particularmente su oficio como sacerdote intercesor. Dos de las labores que los sacerdotes del Antiguo Testamento debían de llevar a cabo eran hacer oblación y hacer intercesión. Cristo, como nuestro sacerdote, también ofreció un sacrificio por el pecado, no de animales, sino con su propia vida. Y como nuestro sacerdote también se presenta delante del Padre para orar por su pueblo. Él es un sacerdote fiel que nunca muere y en el que podemos descansar.

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