Cristo, gran conquistador (Juan 14:28-31)

En este pasaje encontramos la última parte del sermón con el cual Cristo quiere consolar a sus discípulos. Y al ver que posiblemente su corazón seguía turbado, les dice que si todo lo que han escuchado no les ha producido gozo, deberían de mirar hacia adelante a lo que Cristo iba a experimentar dentro de poco tiempo. Porque después de ser humillado hasta lo sumo, Cristo sería exaltado hasta lo sumo y sería hecho Señor de todos. Esta pronta coronación y glorificación de su Señor debía de animar el corazón de todos su discípulos, pues su resurrección nos asegura de nuestra justificación, de nuestra resurrección futura, y de que todos nuestros enemigos están derrotados. Al contemplar la gloria que Cristo ha recibido, hemos de ser llevados a una vida de rendición absoluta para con nuestro Rey y Salvador.

Compartir: