Este pasaje nos ayuda a comprender mejor la relación intertrinitaria entre el Padre y el Hijo. El contexto es que Jesús sanó a un hombre en el día de reposo, demostrando así su autoridad para corregir la religión de los judíos y para juzgarlos. ¿Por qué Jesús tiene autoridad? Porque es el Hijo de Dios. Y para confirmar que es el Hijo de Dios, y por tanto, igual a Dios, Jesús dio cuatro evidencias de ello. Cristo es el eterno Hijo de Dios que hace todo lo que el Padre hace, que conoce todo lo que el Padre conoce, que levanta a los muertos como el Padre levanta a los muertos y que ha recibido el juicio en sus manos para que él sea el Dios que juzgue en el día final.