Cristo castigado en el madero (Isaías 53:5)

La frase «El castigo de nuestra paz fue sobre él» implica muchas verdades profundas. En primer lugar, que el pecado produce la santa ira de Dios y merece ser castigado. En segundo lugar, vemos la misericordia de Dios porque el castigo que nuestro pecado merecía lo recibió Cristo en nuestro lugar; Dios castigó a su Hijo para que los pecadores pudieran tener perdón. Y en tercer lugar, el fruto del castigo de Cristo es nuestra paz, esto es, hemos sido reconciliados con el Padre para que podamos tener comunión con él.

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