Una de las frases más famosas (o la más famosa) de Juan el Bautista es “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”. Juan parece ser ejemplo de humildad por excelencia. Pero el contexto del pasaje nos muestra que este no es el tema principal sino la excelencia y la gloria de Cristo. Juan el Bautista tenía un correcto y profundo entendimiento de quién era su Mesías. Jesucristo es Dios hecho hombre, es el más grande revelador de Dios y es el amado del Padre. Y a la luz de este entendimiento es que podemos crecer en humildad.