Uno de los temas principales de la tercera carta del apóstol Juan es la hospitalidad. Juan elogia a Gayo como un ejemplo de hospitalidad cristiana y le escribe esta carta para animarlo a que persevere en estas buenas obras. Gayo había abierto las puertas de su casa para recibir a los predicadores de la sana doctrina y estaba usando sus recursos para darle provisiones y encaminar a estos siervos de Cristo. Aunque pueda parecer un acto pequeño y desapercibido, la hospitalidad es algo vital para que el evangelio avance. Cuando somos hospitalarios, no solo estamos sirviendo a los hermanos sino que estamos adorando y sirviendo a Cristo mismo.