Agua que sacia (Juan 4:1-18)

El Señor Jesús ha comenzado a expandir su ministerio y se dirige a Galilea pasando por Samaria. Geográficamente no era necesario que Jesús pasara por allí, pero el Señor decide caminar por este pueblo despreciable para los judíos porque había una mujer que debía escuchar el evangelio. En medio de su plática Jesús se revela a ella como el agua que sacia verdadera y completamente el alma. Debido a que fuimos hechos para Dios, solo en Cristo (quien es Dios) podemos encontrar nuestra plena satisfacción. ¿Qué cosa te tiene satisfecho que no es el Señor? ¿Has encontrado satisfacción en Cristo? ¿Es él tu gozo y tu deleite? Si no es así, ven y bebe de esta bendita fuente. No tienes que correr a otro lugar.

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