Tiempo de humillación

En estos tiempos de crisis no solamente necesitamos consolación, sino también reflexión, humillación y arrepentimiento. Los incrédulos deben de reconocer su fragilidad y reconocer que se han rebelado ante el Santo Dios. Los cristianos, por su parte, han de humillarse delante de Dios intercediendo por los pecadores, pidiendo la paciencia de Dios para con ellos y que los salve. Pero además, los cristianos deben de humillarse por sus propios pecados. Escudriñemos nuestros corazones, pidamos perdón al Señor, y busquemos en la gracia arrepentirnos de ellos. Que estos tiempos no pasen sin fruto y sin provecho para nuestras almas y regresemos a nuestro estado anterior de pecado, comodidad, mundanalidad, y apatía.

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