Principios bíblicos para tratar el conflicto: Lección 5: Controla tu lengua

El apóstol contrasta el lenguaje con el que sale de nuestras bocas, «no contristéis al Espíritu Santo de Dios», nuestra manera de hablar es una manera que satisfaga a Cristo y glorifique a Dios.
Controlar nuestra lengua, nuestras expresiones, la mayoría de los conflictos se arreglarían si pusiéramos nuestra lengua en sujeción del Espíritu.
La forma de la que nos expresamos, habla de cómo estamos saturando en nuestros corazones. El corazón de una persona es un almacén y lo que decimos nos requiere lo que guardemos en Él. Nuestra lengua es un fuego lleno de maldad. Este es un indicador de lo que hay en nuestra alma. Si no hay un freno y no somos capaces de refrenar nuestra lengua, estaremos reflejando hasta una falta de verdadera conversión. Necesitamos también retener nuestra lengua antes de responder. Una persona verdaderamente sabía, es una que es lenta para responder, para omitir un juicio y pronto para oír.
Santiago 3:8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

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