En esta lección trataré con uno de los temas más desconocidos de la adoración, lo que ha sido llamado como el principio dialógico de la adoración.

1. ¿Cómo sabemos cómo adorar? Nuestra confesión de fe es clara en esto. Primero, no debemos adorar de ninguna manera lo que la Escritura no prescriba (1689, 22: 1). Esta es una clara referencia a lo que llamamos el principio «regulador de adoración».

2. Principio dialógico de la adoración: «El culto es a la vez un diálogo y un acto de alabanza… El acontecimiento que llamamos culto… consiste simplemente en esto: en que nuestro bien amado Señor es quien nos habla por medio de su Santa Palabra, y nosotros, por nuestra parte, le hablamos por medio de nuestras oraciones y nuestros himnos de alabanza.» (Lutero). 2.1. Definición: Es el principio de que la adoración del pueblo de Dios es una respuesta a la acción de Dios. La adoración dialógica implica que en la adoración somos más que meros oidores pasivos. 2.2. Base Bíblica: La adoración debe ser vista como un evento pactual. Dios se acerca al hombre y el hombre responde para con Dios. Dios habla y nosotros respondemos. El culto es la expresión de una relación vital entre el Dios Trino viviente y su pueblo. (Scott Clark)

3. Práctica: Es evidente que nuestra adoración es dialógica, “Los lectores atentos de las Escrituras pueden encontrar el «principio dialógico» en toda la palabra de Dios, que es simplemente esto: Dios habla y nosotros respondemos. Dios habla a la luz de lo que es y de lo que ha hecho, y nosotros respondemos a Dios, alabándole no solo por lo que es y por lo que ha hecho, sino también por lo que haremos como redimidos.” (Mark Jones)

4. Principios de aplicación: Este diálogo siempre es iniciado por el Dios soberano. Dios es soberano en toda la salvación y, por tanto, también en la experiencia más elevada de nuestra salvación: el diálogo de la adoración.

-La respuesta de la iglesia debe ser bíblica: Dios habla primero, llamándonos a la adoración. Nosotros respondemos con la oración y el canto. Dios habla en el saludo. Respondemos con el votum: Nuestro socorro viene del nombre de Jehová, que «Hizo los cielos y la tierra». Dios pronuncia sobre nosotros su bendición en la bendición. Luego respondemos con el canto. Dios nos habla en Su ley, y nosotros respondemos con el canto y la oración. Dios nos habla en Su Palabra y en su exposición. Respondemos con la oración y el canto. Dios nos despide con su bendición…