El Catecismo ya ha dejado claro por medio de las preguntas anteriores que el hombre está en una gran miseria a causa del pecado y que de esta gran miseria no nos podemos librar por nuestras propias fuerzas. Ahora en las preguntas del Domingo 4, el Catecismo contesta a tres posibles objeciones que los pecadores pueden levantar cuando son acusados por la ley de Dios. La primera objeción es, «¿No es Dios injusto con el hombre al pedirle en su ley que haga lo que no puede cumplir? La segunda objeción es, «¿Dios realmente castigará la desobediencia?». Y la tercera objeción es, «¿No acaso Dios también es misericordioso?». La respuesta a estas preguntas se puede resumir de la siguiente manera: Dios es justo.