Lección 10: Velando por nuestro matrimonio

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41
Introducción

  • Cuando en un matrimonio deja de velar y orar, progresivamente los cónyuges tienden a separarse el uno del otro en lugar de mantenerse firmes luchando juntos contra aquello que amenaza el matrimonio.
    Seis características de una pareja que ha dejado de velar
  1. Letargo visual. Conforme pasa el tiempo comenzamos a volvernos apáticos; ya sea por los afanes o simplemente porque comienzan a dar por sentada su relación.
  2. Hábitos inconsistentes. Nuestras vidas están formadas por hábitos, ya sean bueno o malos.
  3. Pereza. A menudo podemos desear tener un buen matrimonio, pero no estamos dispuestos a llevar a cabo el trabajo que implica que esto pueda ser así.
  4. Impaciencia. La paciencia en el matrimonio es vital porque la meta del matrimonio es más grande que el matrimonio.
  5. Responder con desánimo. Hemos dejado de velar cuando hemos desviado nuestra mirada de Aquel que es nuestra esperanza y el desaliento ha permeado nuestros corazones.
  6. Olvidar que estamos en una batalla. El bien y el mal son reales, estamos en medio de una constante batalla.
    La necesidad de la oración
    Si todas las escaramuzas a nivel horizontal entre un esposo y su esposa tienen su raíz en una guerra más profunda por guardar el corazón, y si un matrimonio tiene que arreglarse a nivel vertical con Dios antes de que los esposos se arreglen horizontalmente entre ellos, entonces el lugar donde hay que ganar la guerra por el matrimonio es sobre las rodillas.
    La oración y nuestro matrimonio (Mt. 6:9-13)
    La oración verdadera… comienza como termina – con el reconocimiento del reino y la gloria de Dios… te recuerda que la vida no se trata de ti… te hace consciente de que la verdadera paz, satisfacción y contentamiento viene cuando vives para una gloria más grande que la tuya; que la esperanza del matrimonio no se encuentra en un esposo o una esposa conspirando para edificar su propio reino, sino en someterse juntos a la sabiduría y al gobierno de un Rey mucho mejor.

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