La fe que salva

En el capítulo 14 de la Confesión de Fe de 1689 se expone el origen de la fe salvadora, las acciones de la fe salvadora y la seguridad de la fe salvadora. En el primer párrafo leemos que la fe que salva es una gracia que Dios otorga soberanamente a sus elegidos. Esa fe es generado en sus corazones por la obra del Espíritu de Cristo, utilizando como medio el ministerio de la Palabra. La predicación de la Palabra no solo es el instrumento para generar inicialmente nuestra fe, sino también para hacerla crecer. Continuando con el segundo párrafo, encontramos que tres son las acciones de la fe salvadora: 1) Reconocer que la Biblia es digna de confianza como la Palabra de Dios; 2) Respondemos apropiadamente al mensaje contenido en la Escritura; 3) Nos rendimos y dependemos absolutamente de la persona de Cristo. Por último, el tercer párrafo enfatiza que la fe más débil de un cristiano verdadero es categóricamente distinta a la supuesta fe (incluso en su grado más alto) de aquellos que no perseveran.

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