Después de haber visto en el estudio anterior el martirio de Ignacio y lo que creía de él, ahora veremos uno de los temas principales en sus epístolas. Ignacio quiso usar sus últimas palabras para exhortar a las iglesias a que se mantuvieran en unidad. La unidad es algo que puede romperse fácilmente, a pesar de que es un elemento importante para la iglesia. Ignacio exhorta a los hermanos a que se mantengan unidos de dos maneras. La primera es por medio de respetar y someterse a los pastores y diáconos como aquellos que han sido llamados por Dios. La segunda es guardando la sana doctrina y rechazando la herejía.

De esto aprendemos a crecer en nuestra apreciación por el pastorado y el diaconado de nuestra iglesia local y a guardar la sana doctrina tanto para mantener la unidad como para guardarnos en santidad.