1. Enseñanza general
   La parte del credo más extensa es la que tiene que ver con la doctrina de Cristo. Esta parte responde a la pregunta: ¿quién es Jesús?
2. Dios el Hijo divino
   Cuando confesamos esta parte del credo, estamos confesando dos verdades, y me gustaría presentárselas para que después podamos apreciar el lenguaje del credo.

2.1. El Hijo es igual al Padre
La Escritura nos demuestra que Jesús es Dios, es igual al Padre en cuanto a deidad, el Padre y el Hijo tienen la misma esencia.

• Juan 1:1
• Juan 10: 30
• Filipenses 2:6
• Juan 1: 2-3
• Mateo 9: 2
  Cuando el Credo dice frases como:
  Y en un solo Señor Jesucristo, [1 CO. 8:6, un solo Señor, el nombre Jesús] Hijo Unigénito de Dios,
  Engendrado del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, La intención con estas palabras es… Engendrado, no creado, consubstancial con el Padre; por el cual todas las cosas fueron hechas.

2.2. El Hijo es distinto al Padre
Confesamos que Jesús es igual al Padre en todas las cosas absolutas de la divinidad, no obstante, al mismo tiempo, confesamos que el Hijo es distinto al Padre en que es Hijo y no el Padre. Lo que vimos anterior nos libra del arrianismo, este segundo nos libra de moralismo, herejía que dice que el Padre y el Hijo no son dos personas distintas, sino que es una sola persona con diferente máscara.

• Salmo 110
• Juan 1:1
• Mateo 4
• Mateo 17
• Juan 3: 16
  Cuando el Credo dice frases como: El Hijo, es Hijo del Padre, distinto. Unigénito: único, engendrado, engendrado, no creado. Está de las frases más contundentes contra Arrio. El Hijo es
  engendrado por el Padre, o sea, de una manera que no comprendemos procede del Padre, pero
  no es una criatura, sino que es de su misma esencia. Antes de todos los siglos, esto es, eterno, el
  Padre y el Hijo siempre han existido el uno al lado del otro, de manera que los dos son eternos. Así como siempre ha existido el Padre, siempre ha existido el Hijo.

1. Dios el Hijo encarnado
   El cual, por amor a nosotros y por nuestra salvación, descendió del cielo. [Veamos cómo esta primera frase asume la divinidad de Jesús y su distinción con el Padre.] Y tomando nuestra carne de la virgen María, por el Espíritu Santo, fue hecho hombre.