Dios es celoso

En las Escrituras vemos que Dios se revela como un Dios celoso. Cuando la Biblia le atribuye celo a Dios, está hablando de una forma humana para hacernos entender el carácter de Dios. Así que, al decir que Dios es celoso nos referimos a que él actúa de forma fervorosa e intensa para proteger lo que ama. Dios es celoso de su deidad y de su gloria. Dios es celoso de la adoración que se le ofrece. Dios es celoso de su pacto y de su ley. Por tanto, el quiere que su pueblo lo tenga en primer lugar en sus corazones y esto lo hará por medio de guardarse de los ídolos, mantener una adoración aceptable, y guardar la santa ley de Dios. Cristo es el mayor ejemplo del celo de Dios, pues el más que nadie cuido la gloria y la honra de su Padre.

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