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Guadalajara, Jalisco
CP 44987
El origen del pecado
- Por Hiram Novelo
- Serie: Conferencía anual 2024 - Teología y Piedad Puritana
- Fecha: 16/11/2024
Reconocer la gravedad del pecado: El pecado no es solo una categoría general, sino que también son nuestras acciones y actitudes que nos separan de Dios. Debemos dejar de minimizarlo y verlo por lo que realmente es: una rebelión contra la autoridad divina que trae consecuencias devastadoras.
La desobediencia de Adán y Eva: Desde el principio, el pecado fue una ruptura en nuestra relación con Dios. No solo afecta a quienes lo cometen, sino que tiene repercusiones en nuestras familias y comunidades.
El Pecado Tiene Consecuencias, Pero hay Esperanza: Aunque el pecado nos separa de Dios y tiene consecuencias eternas, no todo está perdido. A través de Jesucristo, tenemos la oportunidad de restauración, perdón y vida nueva.
No tener vergüenza de confrontar el pecado: Enfrentar nuestra condición de pecado no es motivo de vergüenza, sino de esperanza. Al hacerlo, experimentamos la misericordia de Dios y la grandeza de Su gracia, que transforma nuestras vidas.
La grandeza de la salvación: La salvación de Cristo no es solo un perdón de nuestros pecados, sino una transformación profunda. Cristo, como modelo perfecto de obediencia, vino a salvarnos y a darnos una nueva esperanza, mostrándonos el camino hacia una vida nueva y restaurada.
Vivir en respuesta a la gracia de Dios: Al comprender la gravedad de nuestro pecado y la grandeza del sacrificio de Cristo, somos llamados a vivir en obediencia y gratitud. No minimices el pecado, pero tampoco vivas bajo su peso. Arrepiéntete y deja que la gracia de Dios transforme tu vida, para que seas testimonio de su poder redentor en el mundo.
La esperanza de la restauración: Aunque el pecado puede destruir todo a su paso, en Cristo tenemos la esperanza de la restauración. Él vino para dar vida nueva y para restaurar lo que el pecado ha destruido.
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