Viviendo en pureza en un mundo inmoral (Deuteronomio 22)

Gran parte de este capítulo trata con leyes relacionadas con el séptimo mandamiento y la inmoralidad sexual. La sexualidad es un regalo de Dios, y la única relación sexual correcta es entre un hombre y una mujer en el contexto del santo matrimonio. Todo lo que está fuera de esto es una abominación al Señor. Dios es nuestro Creador y quien nos dice cómo debemos utilizar nuestro cuerpo y cómo debemos pensar en nuestra sexualidad. Esto es algo que debemos enseñar en nuestras iglesias y familias ante un mundo que se opone por completo a Dios en este aspecto. Pero la Biblia también ofrece esperanza para aquellos que han caído y han sido esclavizados a los pecados sexuales como el adulterio, la fornicación, etc., pues Cristo se entregó en la cruz para limpiar y liberar a todo aquel que en arrepentimiento cree en Él.

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