Viviendo bajo el tiempo de Dios (Eclesiastés 3)

“Todo tiene su tiempo” solemos utilizarlo como una frase para animar a alguien a tener paciencia y a ser prudente en la vida. Pero lo que realmente nos quiere enseñar el Pastor Salomón con este poema es que el tiempo no nos pertenece. De hecho, esta realidad es frustrante porque no tenemos control sobre nuestros tiempos y circunstancias en la vida. Estamos sujetos a la voluntad de nuestro Creador y nuestros tiempos son gobernados por él. Todo puede cambiar de un momento a otro, tal como le sucedió a Job. Esto nos enseña a vivir sin quejarnos, sometidos a las providencias que Dios dispone para nosotros. Inclusive, cuando experimentamos o vemos injusticias y, sabemos que Dios dará la justa retribución.

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