Un mejor pacto (Levítico 26)

La historia de Israel no fue dirigida por la suerte o el destino. Fue la mano de Dios obrando. Desde que era una pequeña familia liderada por Abraham, hasta que se convirtieron en una familia numerosa y luego en una gran nación rescatada sobrenaturalmente de Egipto. Inclusive aquellas ocasiones en que sufrieron en dolor fue a causa de sus pecados y el juicio de Dios sobre ellos. Pero este pasaje también nos ayuda a comprender mejor lo que implica el Nuevo Pacto. El Antiguo Pacto prometía bendición si eran guardados los mandamientos y calamidades si se violaban esos mandamientos, pero no daba la gracia para cumplirlo. Por su parte, en el Nuevo Pacto un Fiador voluntariamente cumplió todos los requisitos como representante de su pueblo. Ese Fiador es Cristo, quien guardó por nosotros la ley y obtuvo la vida eterna y todas las bendiciones espirituales, incluyendo la fe y el arrepentimiento.

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