Un corazón solo para Dios (Deuteronomio 7)

Este capítulo sigue expandiendo la aplicación del primer mandamiento. Una de ellas es que debemos cuidar con quién tenemos nuestras hacemos las amistades más cercanas, pues estas deben ser con los que aman a Dios y no con los que puedan desviar nuestro corazón. Esto también es una exhortación a que los padres guarden los corazones de sus hijos para que no se aparten de Dios. ¿Y por qué los hombres deben adorar solo a Dios con todo el corazón? En primer lugar, porque él es el Creador. Pero los cristianos tienen una motivación adicional: han sido escogidos por gracia, salvados y limpiados de sus pecados.

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