Un ciclo que me recuerda que no soy mio (Deuteronomio 15)

A partir del capítulo 15 encontramos la exposición del cuarto mandamiento, el cual nos dice que Dios ha ordenado que los hombres aparten un día entre siete para adorarlo. De esta manera, Dios le enseña a todos los hombres que él es el Señor Soberano y ellos sus criaturas y siervos que deben obedecer. Dios tiene autoridad sobre los hombres respecto a la forma en qué deben adorarlo, a la forma en que utilizan su tiempo, en incluso respecto a la forma en que administran su dinero. Como cristianos, cada Día del Señor recordamos que somos criaturas de Dios, pero también que hemos sido redimidos por él. Por tanto, hemos de vivir a la luz de esta realidad entregándonos con todo nuestro ser al Señor y a su voluntad.

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