Serpientes ardientes y la cruz de Cristo (Números 21)

Este texto nos revela la naturaleza pecaminosa del hombre, las consecuencias del pecado, y nos provee una imagen del precioso evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Aquí nuevamente el pueblo de Israel se queja contra Dios y contra Moisés. Esto nos muestra que los hombres somos pecadores necios por naturaleza. Ante tal actitud, el Señor envía su juicio por medio de serpientes venenosas que mataban a los israelitas, pues la consecuencia del pecado es el juicio de Dios. Pero Dios también proveyó una solución al decirle a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera en un asta para que todo el que fuera mordido la mirara y fuera sanado. Y así como fue levantada la serpiente en el desierto, Cristo fue levantado en el madero llevando la maldición del juicio de Dios que los pecadores merecían. Y todo el que lo mira por la fe puede ser salvo.

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