Saúl desobedece el mandato de Dios (1 Samuel 15)

Aunque Saúl experimentó en cierto sentido la obra del Espíritu Santo para llevar a cabo su oficio de rey, su vida refleja que nunca experimentó verdaderamente una obra transformadora en su corazón. En este capítulo se nos narra que Dios le había dado la orden a Saúl de llevar a cabo un acto de juicio contra el pueblo de Amalec y que los destruyera por completo. Pero Saúl desobedeció y trato de responsabilizar al pueblo por su pecado. Esto le costaría el reino, el cual sería traspasado a David y a su descendencia. Esto nos exhorta a cuidar de no caer en una religiosidad externa, descuidando la obediencia de corazón en cada aspecto de nuestras vidas.

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