Marchando con el enemigo (1 Samuel 29)

David se había convertido en el guardaespaldas del rey filisteo Aquis. Y este capítulo nos narra que David y sus hombres se presentaron ante dicho rey para pelear contra sus propios hermanos israelitas. Vemos aquí la decadencia espiritual de David tratando de llevar una doble vida. Este es uno de los errores más graves en el que un creyente puede caer, tratar de mantener la fe cristiana mientras tiene amistad con el mundo. Solo la gracia de Dios, que incluso usa el aborrecimiento del mundo hacia los cristianos, puede rescatar a un creyente de esa condición. Este capítulo, además, nos señala a Cristo como aquel en quien se cumplen verdaderamente las palabras «Ninguna cosa mala he hallado en ti».

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